Hogwarts 3 Generation {Afiliación normal}

Una suave brisa le revoloteó el cabello, cuando la niña se trepó a lo más alto de la biblioteca de la la casa. El sol que penetraba por ella, hizo a su vez brillar su castaño cabello & su afilado rostro, ya de por sí radiante al haber alcanzado por fin, lo que sus manos buscaban: el libro de la nueva Historia de la Magía.
De un elegante salto impropio de la jóven, se sentó cómodamente en el suelo de la nueva Madriguera reconstruída por su padre, para tomar el libro entre sus manos & abrir de una buena vez la tapa del mismo.
Dentro, no sólo letras decoraban las blancas páginas, sino también imágenes de los vencedores de la batalla de Hogwarts: sus cachetes se inflaron de orgullo al ver a sus padres abrazados en una de ellas, en lo que parecía ser el destruído Gran Comedor del colegio...sin embargo, una fotografía le causó aún más impresión: al correr la vista, descubrió a un trío de rubios abrazados entre sí, llorando. El texto que acompañaba la imágen era: ''Familia Malfoy Black, una de las familias sobrevivientes a la guerra. Mortífagos''.
Eso fue suficiente para que Rose Elise Weasley cerrara de golpe el libro & una lágrima cayera por sus encendidas mejillas, junto, nuevamente, a otra cálida brisa del verano que volvía a colarse por la ventana.

AÑOS DESPUES

Sin necesidad de que su padre siquiera abriera la boca, reconoció enseguida a aquél hombre pálido, de porte de elegante & con aires de grandeza, mirada cargada de rencor & odio, pero a la vez, de curiosidad. Era Draco Malfoy & su familia.
Arrugó un poco la nariz, visiblemente molesta con la presencia de ésa familia en el mismo lugar que ella & a tan pocos metros, que apenas notó que una mirada grisácea se posaba unos segundos en ella para luego, correrla hacia otro lado.
Se despidió de sus padres al escuchar el último llamado que hacía la locomotora del Hogwarts's Express, casi echándose a reír de la advertencia de su padre con que tuviera cuidado con Scorpius Malfoy. ¡Cómo sino fuera demasiado obvio que ella no se le acercaría!.
El rubio hizo lo propio con sus padres, dejando escapar una mirada de sorpresa cuando su padre lo abrazó fuertemente & le dijo que lo quería. Astoria los observaba entre divertida & enternecida, cosa que a Scorpius no le cabía en absoluta gracia. Sin embargo, lo que siguió le sorprendió aún más...¿realmente eso había salido de Draco Lucius Malfoy?.
''He cometido muchos errores en mi vida, hijo...pero no debes ser tú el que los pague. Diviertéte en Hogwarts & no escuches lo que otros tengan para decírte de tu familia''.
Con un leve asentimiento de la cabeza, el jóven Malfoy que recién había de ingresar en el colegio más prestigioso de Europa, saludó con un fuerte abrazo a su hermano menor que aún no alcanzaba su edad de ingresar a Hogwarts & subió, junto a una nerviosa Leanne, al tren.
Enseguida ámbos hermanos mellizos se separaron & lo propio hizo Phoenix, la mayor de la familia. Recorriendo pacientemente los pasillos, llegó hasta un compartimiento ocupado pero con asientos libres. Sin ganas de esperar, golpeó en la puerta, arrepintiéndose enseguida:
Dentro, habían dos jóvenes hablando animadamente: ámbos castaños, pero el varón más que ssu prima, eran altos, delgados e irremediablemente conocidos en todo el mundo mágico. ¿De quiénes más podían estarse hablando que de Albus Severus Potter, hijo del ''Héroe'' de la Guerra & de Rose Elise Weasley, hija de los mejores amigos del gran salvador del mundo mágico?.
Rodó los ojos al ver la mala reacción que había provocado en la jóven, llevado por el recuerdo de la primera vez que se habían conocido, a la edad de cinco años. El le había salvado de darse un buen porrazo contra el suelo, al hacer una mala pirueta en el aire con la escoba & casi caerse en medio de un partido amistoso de Quiddicht, organizado para los niños de los miembros del mismo organismo mágico, entre ellos Harry & Ginevra Potter, Ronald & Hermione Weasley &, aunque a regañadientes & por mantener formalidades, Draco & Astoria Malfoy.
Luego de una sorprente para muchos, maniobra del jóven rubio, evitó un fuerte golpe & una cicatriz de por vida en el rostro & brazo de la niña Weasley. Ella le miró ceñuda, como diciéndole que no necesitaba la ayuda de nadie, de forma que cuando llegaron a una altura baja & segura para ella, él la soltó dejándola caer al suelo toda embarrada & con ganas de molerlo a hechizos.
Albus parecía ajeno a la guerra de frías miradas que ámbos jóvenes se estaban echando, dejando que Scorpius se sentara a su lado.
-- ¿Cómo es tú nombre? -- preguntó el castaño aún sabiendo la respuesta
-- Malfoy, Scorpius Malfoy -- respondió el rubio algo seco, pero con un tono de voz prepotente & burlón a la vez.
-- Ah, qué bien...tendremos sobrepoblación de hurones este año en Hogwarts -- susurró Rose lo suficientemente alto como para que los niños escuchasen, a pesar de la mirada fulminante del rubio.
-- Yo soy Albus -- se presentó el castaño ignorando las palabras de su prima -- Albus Potter, pero dime Al, no me agrada el nombre...
-- Es mejor que Scorpius -- agregó el chico arrugando el entrecejo algo sorprendido, antes que ámbos se echaran a reír & la conversación tomara otros rumbos.
Rose se mantenía callada, escuchando impaciente a ámbos jóvenes hablar de Quiddicht, sin ver la posibilidad de meterse en ella & poder hablar. Su rostro se tornó mucho más fiero, cosa que no pasó desapercibido para su primo.
.. ¿Qué pasa, Rosie? -- preguntó Al interrumpiendo bruscamente una apuesta sobre quién ganaría este año la Copa Mundial de Quiddicht, si Alemania o Inglaterra.
-- No me llames Rosie delante suyo, Al -- le regañó la niña poniendo los brazos en jarras haciendo reír a Scorpius.
-- ¿Por qué no? -- Al estaba sorprendido de la actitud de la castaña, pero el rubio no.
-- Porque soy un Malfoy, Al -- le respondió por Rose -- & ella ha aprendido ha marginar a mi familia...
-- Yo no la margino...
-- Sí lo haces, adjuntas los errores de mis padres a mis hermanos & a mí -- le respondió el rubio rápidamente con voz gélida.
.. ¡Que no, hurón! -- protestaba la niña aún sabiendo que él llevaba razón, pero jamás lo admitiría.
-- ¡YA CALLENSE! -- interrumpió Al molesto con los gritos -- Rose...trata mejor a Scorpius, es una buena persona no es como su padre...
-- ¿Cómo tan seguro, Al? -- contraatacó la niña, pero fue ignorada por su primo.
-- & tú, trata mejor a mi prima...
-- Yo no le hice nada... -- se quejó Scorpius poniendo mala cara.
-- Que se empiezan a llevar bien o... -- notando que la mujer del carrito estaba pasando -- me comeré todas las ranas de chocolate yo solo -- amenazó dejando desconcertados a ámbos.
-- ¿Quieren algo del carrito, queridos? -- preguntó a continuación la mujer regordeta, logrando que los dos se callaran & se abalanzaran prácticamente sobre el carrito.
El resto del viaje parecía normal, pues esta vez había un mejor ambiente sin embargo, la sorpresa llegó cuando la Selección dio comienzo:
-- MALFOY, Scorpius Hyperion -- llamó una anciana profesora McGongall al jóven rubio. Entre Albus & Rose tuvieron que empujarlo para que se adelantara, pues sentía las piernas como de plomo.
-- SLYTHERIN -- gritó el Sombrero Seleccionador apenas rozó la rubia cabellera del Malfoy, sacándole una sonrisa ladeada idéntica a la de su padre.
-- POTTER, ALBUS SEVERUS -- llamó luego de un rato la profesora, frunciendo un poco el ceño ante las protestas de Albus de no difundir aun más su segundo nombre.
-- Interesante... lleno de valor te veo, más no tienes el necesario para estar en Gryffindor -- susurraba el Sombrero haciendo que Albus se tornaba algo triste -- pero estarías perfectamente capacitado para pertenecer a Ravenclaw... no, no a Ravenclaw no... ¡SLYTHERIN! -- gritó finalmente el viejo & raído dejando a todo el colegio anonadado & callado.
Con las mejillas encendidas de pura verguenza, dejó tembloroso al Sombrero en el taburete de tres patas para irse a sentar junto a su nuevo mejor amigo.
-- ¿Por qué me miran todos?
-- No te miran a ti, me miran a mí porque soy más hermoso que tú -- le respondió Scorpius echándose a reír ámbos, logrando finalmente los aplausos de la mesa de las serpientes. Claro que su prima Rose no estaba del todo contenta con ésa decisión, pero respetó al Sombrero.
Eso le costó que éste le enviara a Ravenclaw.



CCINCO AÑOS MAS TARDE

-- ¿Más ataques? -- preguntó una ceñuda Rose Weasley de unos dieciséis años de edad, aún acurrucada contra el pecho de Scorpius quien parecía dormirse en cualquier momento. -- Despierta, amor -- le dijo suavemente acariciándole en la mejilla para que abriera los ojos. El Malfoy bostezó, despabilándose en el medio del patio desierto del colegio.
-- Sí, ya con éste van cinco -- agregó Al sentado al lado suyo, ignorando al rubio. Mejor olvidar que recordar en ése preciso momento. ¿Para qué decir que él sabía el porqué Scorpius tenía tanto sueño?.
-- Cinco en una semana -- repuso pensativa la castaña, sonriendo de medio lado al ver a su novio, aunque en secreto, despierto -- Arriba hurón no me hagas echarte agua fría en la cara...
-- Lo siento, Rosie demasiadas chicas ayer...le dije a Al que me controlara -- respondió burlón el rubio ganándose una mirada fulminante de su novia & una carcajada de su mejor amigo.
-- ¿Con que muchas chicas, ah? -- agregó la castaña
-- ¿Qué nos harás? -- le retó Al con una sonrisa ladeada divertida: claro que no habían sido necesiaramente chicas las de ayer.
-- Los torturaré hasta que rueguen por sus vidas -- Rose paró de un salto comenzando otra guerra de hechizos de bromas con su primo & su novio. Realmente seguían pareciendo niños de cinco años peleando así, pero ¿ya a quién le importaba?.
Lo que sí le preocupaba a Albus era que el recuerdo de ésa noche regresara en un momento inoportuno para todos: habían estado bastante ebrios sí, pero dudaba sino había sido lo suficiente como para olvidar todo. Ese desliz con su mejor amigo aún le causaba escalofríos al jóven Potter, sin estar muy seguro de porqué muchas veces le invadía la necesidad de que se repitiera.
No, no debía dejarse entrever o Rose lo notaría...sin embargo...¿qué estaba pasando con él?. Dejó caer el Profeta con las noticias de los nuevos ataques de la Phoenix Force, un grupo de neo-mortífagos alrededor del mundo que querían recuperar la vieja gloria del Señor Oscuro. Nadie sabía quién podía ser uno de ellos, un espía, un miembro del más alto rango, o un recién iniciado quien se hacía pasar por tú nuevo amigo, pero a quien le habían mandado a matarte para ingresar en el grupo. Así nuevamente estaba dividido el mundo Mágico, mientras ellos seguían gastándose bromas sin prestar demasiada atención a las campanadas del inicio de clases ni al nuevo Orden que se avecinaba.
Sólo eran concientes, como buenos jóvenes, que ésa noche había fiesta clandestina en la Sala Común de Slytherin para las Cuatro Casas por festejos de...fin de semana.
Sin embargo, alguien sí estaba muy interesado en ése grupo de tres alumnos...los necesitaba para poder entrar a la Phoenix Force; ellos tenían elementos fundamentales cuyos orígenes mágicos eran indispensables para ayudar al aumento de poder del nuevo Jefe del grupo de neo mortífagos. Sus familias escondían algo íntimamente relacionado con éste oscuro personaje, que sólo lograba que se trazaran planes para secuestrarlos.
Aún así ¿realmente corrían peligro?.
Las hormonas enloquecidas de los jóvenes, el alcohól, el sexo, las fiestas ése era el paisaje que se cernía sobre Hogwarts. O al menos, una parte de él. ¿El Tiempo dirá cuánto falta?